viernes, 20 de julio de 2012

GUEMES, HEROE Y OLVIDADO

MARTIN MIGUEL DE GUEMES

SEMBLANZA DE MARTIN MIGUEL DE GUEMES
La vida y obra de Martín Miguel Juan de Mata Güemes.
Martín Güemes nació en Salta el 8 de febrero de 1.785, en el seno de una familia noble y adinerada. Cursó sus estudios primarios en su ciudad natal, alternando la enseñanza formal con el aprendizaje de las labores campesinas en las Fincas que poseía la familia. A los 14 años se incorporó como cadete de una Compañía del Regimiento Fijo de Infantería de Buenos Aires, iniciando una brillante carrera militar.
En 1805 fue trasladado a Buenos Aires donde comenzó a defender la integridad territorial actuando heroicamente durante las Invasiones Inglesas.
Durante 1.810, al servicio de la causa revolucionaria, se desempeño eficazmente al mando de un Escuadrón Gaucho en la Quebrada de Humahuaca impidiendo la comunicación entre los opositores al nuevo régimen y los realistas del Alto Perú. En Suipacha, único triunfo de las armas patriotas en el intento de recuperar el valioso territorio altoperuano, la participación del Capitán Martín M. de Güemes fue decisiva.
Con su ayuda Juan Martín de Pueyrredón – luego del desastre de Huapi – logró atravesar la selva oranense y salvar los caudales de la Ceca de Potosí, que estaba en poder de los realistas.
En 1.814 el Gral. José de San Martín le encomendó el mando de la Avanzada del Río Pasaje (hoy llamado Juramento porque en sus márgenes Belgrano hizo jurar obediencia a la Asamblea del Año XIII y donde se considera que nació como símbolo patrio de los argentinos la Bandera celeste-blanca-celeste) iniciando la Guerra Gaucha. Al año siguiente derroto completamente al poderoso ejército invasor al mando de Joaquín de la Pezuela en Puesto del Marqués, por lo cual el pueblo lo aclamó Gobernador de la Intendencia (integrada entonces por las ciudades de Salta, Jujuy, Tarija, Orán y distritos de campaña).
En Junio de 1.816 el Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón le encomendó "la defensa de las Provincias Unidas y la seguridad del Ejército Auxiliar del Alto Perú" que se encontraba en Tucumán reorganizándose después de ser derrotado en Sipe Sipe. Entonces las milicias gauchas al mando del heroico salteño pasaron a desempeñarse como ejército en operaciones continuas, al servicio de la Patria. Por ello considerar a Martín Güemes prócer provincial ó defensor de la frontera Norte es una muestra del desconocimiento de nuestra Historia.
Güemes detuvo poderosas invasiones al mando de destacados jefes. Basta citar la del experimentado mariscal José de la Serna, quién al mando de 5.500 veteranos de guerra partió de Lima asegurando que con ellos recuperaría Bs.As.. O la del Gral. Pedro de Olañeta, enemigo acérrimo del salteño (ambas invasiones se produjeron en 1.817). O la del Gral. Juan Ramírez Orozco quién en Junio de 1.820 avanzó con 6.500 hombres.
Por su meritorio accionar, San martín lo designó General en Jefe del Ejército de Observación y le encomendó la misión de auxiliarlo en la liberación del Perú. Las Provincias reconocieron la designación pero escaso apoyo le brindaron. Güemes se vio obligado a imponer contribuciones que originaron oposición y gran descontento entre los pudientes, empobreciendo la economía de la Intendencia bajo su gobierno.
Esa oposición interna, aliada con la externa, fue la semilla en la que se gestó la tradición que floreció con su muerte.
Rodeados de enemigos lo encontró el año 1.821. Uno de los más poderosos y temibles fue el gobernador de Tucumán quien se negó a entregarle el armamento que había pertenecido al Ejército Auxiliar y evitó que su par santiagueño lo auxiliara. En mayo, acusándolo de tirano, el Cabildo de Salta lo depuso, en alianza con el Gral. Olañeta. Güemes recuperó el poder días después pero una partida realista guiada por enemigos internos del prócer lo hirió la noche del 7 de Junio. Murió diez días después, a la intemperie, en un catre, en Cañada de la Horqueta, a los 36 años. Entonces se convirtió en el único general argentino caído en acción de guerra externa.
Sus restos descansan en el Panteón de las Glorias del Norte de la República, ubicado en la Catedral Basílica de Salta. Pero sus ideales de libertad, su desprecio al materialismo, su amor a la Patria y su temple inclaudicable son el motor que impulsa a quienes lo llevan en su corazón y que cada vez que pronuncian su nombre le rinden emocionado homenaje al recordarlo. Porque Güemes sigue cabalgando y guiando a sus compatriotas.
Profesora María Cristina Pérez 

NOTA: circulosalta.8m.com/histoguemes
FOTO: biografiasyvida.com



jueves, 19 de julio de 2012

P O E S I A


                 E S T A C I O N E S


Eras cual primavera,
De  verdor floreciente.
Yo en cambio invierno seco,
Sin hojas feneciente.
¿Quién hizo este almanaque?
Sin vidas paralelas.
Tú en julio, eras diciembre,
Hermosa con tus flores,
Yo en enero, era agosto,
Muy frío y solitario.
Me prepare un otoño,
Solicito y amante,
Y tú con tu verano,
Mi ilusión destrozaste.
Ya no me quedan horas,
En el reloj gastado.
Ya no me quedan días,
En este loco año.
Ya no me quedan meses,
Esperando el regreso.
Nunca estaremos juntos,
Y debo conformarme.
Mi viaje es de ida y vuelta,
Por eso no te encuentro,
Tu viaje es solo de ida,
No quieres encontrarme,
Prefieres el calor,
Primavera y verano.
O juntos todo el frío,
Del otoño e invierno.
Tú tienes compañía,
Y debes disfrutarla,
Lo mío es soledad,
Y debo acompañarla.


Ricardo Juan Sabugo
     20-11-1995

FOTO: ifondos.net

miércoles, 4 de julio de 2012

P O E S I A


                                  MISTICA SIRENA

Navegaba los ríos de mis sueños
Y te encontré recostada en una playa
Y desde entonces vaya donde vaya
No puedo deshacerme de tu imagen


Lucias enfundada en una malla
Floreada de colores refulgentes
Y aunque estabas mezclada entre la gente
Parecías flotar sobre la arena


Jugaban con la brisa tus cabellos
Y tu piel blanca de azucena
Enmarcaba con brillo de cristales
Tu imagen de mística sirena


Un día te subiste a mi velero
Y navegamos juntos por mil ríos
Bebiéndonos el sol día tras día
Y bañándonos de luna noche a noche


El viento acariciaba nuestras velas
Y las estrellas guiaban el camino
Cuando enlazó cupido las dos almas
Fue fácil encontrar nuestro destino


Llegamos a buen puerto y me despierto
Estamos en la cama acurrucados
No pueden separarnos las tormentas
Si nuestro cielo siempre está estrellado


Ricardo Juan Sabugo
       30-9-1998

foto: jorgeolguin.com