Hubo una época en Buenos Aires donde había muy pocos autos casi todos pintados de color negro, con marcas algunas que llegan hasta hoy como Chevrolet y Ford y otras como De Soto, Playmouth, Studebaker, Chrysler o Buick.
Por supuesto que el semáforo no existía y el recurso utilizado para doblar era avisar la maniobra sacando la mano por la ventanilla.
Las calles y avenidas eran todas mano y contramano, adoquinadas y no había problemas a la hora de estacionar.
Al no tener todavía semáforos el problema era en las esquinas y para eso existían las garitas de los vigilantes, desde donde el agente dirigía el tránsito haciendo sonar su silbato y colocándose unas mangas blancas en el antebrazo con las que se los identificaba, en verano su gorra tenia un agregado parecido al de los soldados de la legión extranjera que les cubría la nuca para protegerlos de las altas temperaturas.
NOTA: Recopilación de Ricardo Juan Sabugo
FOTO: filosofiadesabor.blogspot.com
Recuerdo una escena de una película con Magaña en la que estaba visible este sistema. El personaje de Magaña iba en auto y chocaba al auto de adelante que doblaba en una esquina inadvertidamente. Cuando se bajan los conductores para ver los daños, Magaña lo mira bien al otro y le dice "Ah, pero vos sos Pepe que estuvo en la guerra. Te falta una mano." El conductor extrañado lo mira y le dice: "No, no, señor. Está equivocado." y la respuesta final era mortal: "¿Entonces por qué no sacás la mano para doblar?" Gracias Richard por traerme estos recuerdos ;0)
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