El
“camioncito” del cine.
El cine, daba sus primeros pasos a fines del siglo 19. Y ya a
principios del siglo 20, el doctor Posadas, nos sorprendía con la filmación de
una operación que estuvo perdida durante años y que recientemente se encontró
en los descuidados archivos del Hospital de Clínicas y que se cree que fue la
primera filmación realizada en Sudamérica. En cuanto a la llegada del cine a
nuestros pagos matanceros, tuvo una temprana preocupación, que luego se
demoraría varios años en concretarse.
Hubo en esto actividad oficial y privada. Nos ocupa en esta breve historia
la idea municipal de traer el cine a través de un…”camioncito”. Esto comienza
en el año 1922 cuando mediante la Ordenanza 121 del 28 de marzo, se
destina la suma de $ 1000.= “para transformar el automóvil de la Municipalidad,
en biógrafo, cuando lo crea necesario “, bajo la intendencia de don Esteban
Crovara. Sin embargo se nos ocurre que aquella idea no se concretó, pues en los
sucesivos presupuestos no aparecen partidas para gastos del operador de cine ni
para el alquiler de películas.
Años más tarde, para el 16 de noviembre de 1936 se sanciona la Ordenanza
379, bajo la intendencia del Agustín de Elía, que autoriza a invertir la suma
de $ 25000.= para la “adquisición de un camión automóvil
cinematográfico, el que será destinado a visitar periódicamente las distintas
localidades del Partido exhibiendo e informando al vecindario de las
disposiciones municipales y de las gestiones públicas de interés general…”(sic)
Más que para el cine, parecería para publicidad de los actos de gobierno. Sin
embargo a partir de allí comienza la actividad del “camioncito” de manera real,
pues en los sucesivos presupuestos aparecen las partidas para los sueldos del
operador y ayudante, como así también para el alquiler de películas.
Todos quienes vimos cine por primera vez, gracias al furgón municipal,
jamás podremos olvidarlo. Aquel haz de luz casi mágico que salía del camión,
hacia una improvisada pantalla de tela, que el viento movía caprichosamente
dificultando la lectura y desformando a los personajes, en mi caso eran Los 5
Grandes, protagonizando un viaje espacial, en el club Buenos Aires de San
Justo, ya desaparecido. Finalmente la década del 60, vio desaparecer al
“camioncito”, cediendo a la presencia de cines en casi todas las localidades.
También hoy, estos cines, de distinta antigüedad, han desaparecido dando
paso a nuevas realidades tecnológicas y comerciales del siglo 21. Un calido
recuerdo para el “Camioncito del cine” que tan buenas horas deparo. Gracias.
Por Adolfo “Fito” Correa
Bibliografía: Digesto Municipal 1886-1940
Nota y Foto: Archivo CEHLAM. Centro de estudios históricos de la Matanza