"JARRY"
Tomamos el 185 como un sabado cualquiera, la tarde soleada, la temperatura agradable, nos invitaba a la poesía, y eso ibamos, a una reunión literaria en "La Besana", la asociación que nos cuenta como integrantes.
Cuando el colectivo tomó por Provincias Unidas (hoy Juan Manuel de Rosas) mirando por la ventanilla con mi esposa, no pensabamos ni remotamente lo que en instantes sucedería y sucedió:
--Vamo, vamo, que vamo pa' la cancha.
La voz de esa mujer, resonó en todo el colectivo, pero no era todo, no había terminado de subir el segundo escalón, cuando por su costado subieron dos enormes perros, marca perro, pero del tamaño como de policía (en realidad la raza es pastor alemán.
La sorpresa del pasaje fue muy grande, y muy extraño que el chofer no haya dicho nada, pues tanto la mujer, como los perros no pagaron boleto.
La mujer desprolija, sucia y con mal olor, lucía en su cabeza desgreñada un hermoso gorro deportivo, se sentó detras nuestro y dijo:
--Jarry, sentate al lado de la Jesi y portate bien, porque sino el chofer, te va a bajar del colectivo.
Con toda naturalidad, hablaba con sus perros, pensé, que esos viajes eran habituales, tanto es así, que la Jesi mientras tanto estaba comodamente echada en el fondo.
Se desocupó el asiento de al lado de la anciana, y fue un segundo, Jarry ya estaba sentado detrás de mi esposa, contento y jadeandolé en la nuca.
Luego de escuchar de la señora estas palabras:
--Jarry querés un poco de vino.
Mi esposa, con el miedo que le tiene a los perros , me gritó:
--Dejame salir, dejame salir.
Sin darme tiempo a correr mis piernas para que pase, se levantó y quedó parada detrás del chofer, agarrada a su asiento.
Faltaba poco, llegamos, bajamos, mi esposa suspiró tranquila, caminamos unos metros, giré mi cabeza, y aún tengo el recuerdo de la cara de Jarry, sonriente, mirandomé por la ventanilla abierta, como diciendomé, chau amigo, hasta el sabado.
AUTOR: Ricardo Juan Sabugo
FOTO: okdiario.com