martes, 5 de febrero de 2013

UN CUENTO CON DUDAS


S U I C I D I O

Estaba decidida, llevaba en su cartera, las pastillas para dormir
que había comprado esa misma tarde en la farmacia, la noche era
fría, la lluvia moderada, caminaba cubriéndose con su paraguas
pegada a la pared, al llegar a la esquina se guareció bajo el balcón
del almacén.
Miraba la avenida a la espera del colectivo o de algún taxi perdido,
deambulando a esa hora de la madrugada.
La voz surgió de la nada:
-¿hace mucho que esperas el colectivo?
Se asustó, pensó en un asalto o en algo peor, se repuso rápidamente y contestó:
-No, hace apenas unos minutos.
-Si viene un taxi, ¿lo compartirías conmigo?, dijo el.
-¿Por qué no?, contesto ella.
-Adonde vas? le preguntó.
Ella contesto: -A todas y a ninguna parte.
Un momento después, apareció un taxi muy iluminado, que brillaba
aún más, por la lluvia, debajo de la luz de la calle.
Subieron: - derecho veinte cuadras, dijo el.
Llegaron, la casona era antigua, de dos pisos, parecía abandonada.
- Ya que no sabes adonde ir, por lo menos esta noche la pasarás
conmigo.
Entraron: - Vos dormirás arriba y yo aquí en este viejo sofá.
-¿ Me podes traer un vaso con agua mientras voy al toilette?, tengo
que tomar unos remedios.
El al quedarse solo, revisa rápidamente su cartera, encuentra el frasco y cambia las pastillas, por unas de menta que se le parecía bastante.
Ella regresa, toma el vaso y cuando va subiendo la escalera, le da las buenas noches.
El la mira sonriente y le dice:
- Mañana nos vemos.
A la mañana siguiente ella se despierta y al lado de su cama encuentra un desayuno bien servido, adornado con flores, y un sobre con una nota, lo abre lentamente y lee, para vos, que aunque anoche no creías en nada, me diste la oportunidad de ser tu ángel.

Ricardo Juan Sabugo
       25-11-1996

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