HUERTO DE CEREZAS
Por cerezas garrafales
Íbamos juntos al huerto.
Con sus brazos de alabastro
Escalaba los cerezos,
Y montábase en las ramas,
Que se doblaban al peso.
Yo subía detrás de ella
Y mis ojos indiscretos
Su blanca pierna seguían,
Y ella cantando y riendo,
Les decía con sus ojos
A los míos: -¡Estad quietos!
Luego hacia mí se inclinaba,
En los dientes ya trayendo
Suspendida una cereza;
Y yo mi boca de fuego
Sobre su boca posaba;
Y ella, siempre sonriendo,
Me dejaba la cereza
Y se llevaba mi beso.
Íbamos juntos al huerto.
Con sus brazos de alabastro
Escalaba los cerezos,
Y montábase en las ramas,
Que se doblaban al peso.
Yo subía detrás de ella
Y mis ojos indiscretos
Su blanca pierna seguían,
Y ella cantando y riendo,
Les decía con sus ojos
A los míos: -¡Estad quietos!
Luego hacia mí se inclinaba,
En los dientes ya trayendo
Suspendida una cereza;
Y yo mi boca de fuego
Sobre su boca posaba;
Y ella, siempre sonriendo,
Me dejaba la cereza
Y se llevaba mi beso.
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