sábado, 12 de enero de 2019

EL NEGRO CORVALAN


SAN JUSTO
El negro Corvalán
septiembre 11, 2012
 

Por Norberto Rubén Chamorro

Llegado a San Justo en los primeros años del siglo XX, vivió en una humilde casa allá por Mendoza y Ocampo. Mi abuela Josefa “ Pepa” Moschini solía decirme que Pedrito Corvalán vivía allí, con su mamá y una hermana. Mi abuela que vivía sobre la calle San Luis en aquel San Justo en el que los fondos de las casas se juntaban sin tapiales, oficiaba cuidando a Pedro, cuando su madre a la que le decían “ La Chenga”, salía a trabajar.

Aquí hizo su escuela primaria, como lo recuerda E. Viglione, allá por 1910 y también aquí fue un pulcro empleado municipal de camisas y bombachas blancas, lucidas con lustrosas botas negras. Luego conocimos su domicilio de Salta y Almafuerte, posteriormente rematado por falta de pagos del asfalto que iba cubriendo a San Justo y también conocimos quienes llegamos después de sus años jóvenes, sus años de decadencia.

Los relatos orales dicen que la muerte de su madre, fue el detonante que lo arrojó a la bebida y su posterior decadencia. Durante años lo vimos rondar las calles sanjusteras pidiendo “dame veinte para un vino”, era alto, un tanto desgarbado y de raza negra, de niños nos infundía algún temor, ya luego nos fue ganando la ternura por este personaje inolvidable de San Justo. Solía en algunos tiempos ausentarse unos días, el decía que “se iba pa´ Adrogué”. A los pocos días volvía afeitado, bañadito, cambiado y con algunos pesos. Sin embargo, esto duraba poco.

Pedro Jesús Corvalán: Sus últimos años los vivió en una vieja casona en la calle Almafuerte y Catamarca, y un 11 de enero de 1966, se nos fue, quién sabe a dónde a pedir sus “veinte pa´ un vino”, pero nos quedó para siempre en nuestros tiernos recuerdos del San Justo de otros tiempos, con todos sus personajes característicos. Tramitado por un familiar suyo, sus restos están en el Cementerio de San Justo, en una sepultura algo abandonada, no estaría mal que el Municipio la recomponga, la identifique correctamente, como su exempleado lo merece, y así cada tanto podamos arrimarle alguna flor al querido “Negro” Corvalán.

NOTA Y FOTO: periodicosic.com.ar



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