Cultura La Matanza Opinión
16 de junio, 2017
El 16 de junio de 1955 incursiones aéreas de la aviación naval atacaron con cinco bombarderos bimotores Beechcraft y quince monomotores North American AT-6 Plaza de Mayo y sus inmediaciones, arrojando 13 toneladas de bombas. El objetivo era matar a Perón o en su defecto quebrarlo en su fortaleza de mando.
El primero de los ataques se sucedió a las 12:20, cuando los aviones ingresaron desde el Río de la Plata y logran descargar sus bombas sobre Casa de Gobierno. Hubo muertos, heridos y cuantiosos daños materiales.
Para entonces, fuentes gubernamentales habían puesto en funcionamiento el plan CONINTES, (Conmoción Interna del Estado) para reprimir cualquier intento sedicioso y confirmando que la Marina se hallaba en estado de rebeldía ante el gobierno constitucional, se procede a movilizar las defensas ante el ataque aéreo.
Es justamente por este motivo que el gobierno procede poner en movimiento a la poderosa unidad de combate con asiento en La Tablada: El regimiento motorizado 3 de infantería, que ante la concreción del ataque rebelde, recibió la orden de alistamiento. Poco después de producido el bombardeo sobre Plaza de Mayo inició la marcha sobre el epicentro de la ciudad dividiéndose en dos columnas provistas de los excelentes cañones antiaéreos Oerlikon.
La primera columna del regimiento al mando del mayor Juan Carlos Vita, tomó por Av. Crovara en dirección a Plaza de Mayo dispuesta a sumarse a la defensa de la Casa de Gobierno y la segunda hizo lo propio hacia el Aeropuerto Internacional de Ezeiza con la misión de apoderarse de la que, hasta ese momento, era uno de los más importantes focos de la rebelión.
Cuando la sección del mayor Vita comenzó a desplazarse por la avenida Crovara, tres aviones navales North American AT-6 se abalanzaron sobre ella ametrallándola y bombardeándola. La incursión provocó la muerte de tres conscriptos (uno de ellos el soldado clase 34 Rubén Criscuolo) y heridas a varios de sus compañeros. Las esquirlas mataron también a un anciano que quedó tirado sobre el asfalto, en la esquina de Crovara y San Martín, una de las tantas bajas que no se contabilizaron esa jornada.
El regimiento detuvo su marcha y apuntando sus piezas antiaéreas repelió la agresión, alcanzando a uno de los aparatos y obligando los otros dos a retirarse mientras los transeúntes huían despavoridos del sector. Según testigos del enfrentamiento, era un espectáculo dantesco los destellos de las balas trazantes hacia el cielo y el ruido de explosiones y metrallas que ¨barrían¨ el suelo matancero.
A pesar de este combate antiaéreo y los contratiempos que esto llevó, la columna del Mayor Vita llego a Plaza de Mayo a las 14.30, donde se apostaron y respondieron al fuego rebelde.
Horas más tardes, el intento de golpe de estado fue vencido y el presidente Perón retomó el control. Aquella gris jornada, donde se derramo sangre de tantos compatriotas, fue la antesala de un futuro oscuro donde los argentinos seguirían padeciendo un profundo desencuentro…
Por Dr. Leonardo A. Racedo
NOTA: www.almafuertenoticias.com.ar
FOTO: Damián Arevalo en Youtube
No hay comentarios:
Publicar un comentario