viernes, 12 de abril de 2019

BELGRANO: EL PRIMER EDUCADOR


BEGRANO Y LA EDUCACIÓN PÚBLICA  
    
Uno de los primeros hombres de la patria en ocuparse de la formación.
La vigencia de sus afirmaciones.
Por Alberto Sileoni / Ex ministro de Educación - Especial para Educación

Sábado 18 de Junio de 2016

Un nuevo aniversario de la muerte de Manuel Belgrano resulta una buena oportunidad para recordarlo (y agradecerle), ya que fue uno de nuestros primeros hombres públicos que se ocupó de la educación en nuestro país, un visionario cuyas afirmaciones después de más de doscientos años, conservan una iluminadora vigencia.

Desde las páginas del Correo de Comercio de Buenos Aires, en marzo de 1810, Belgrano advertía sobre la necesidad e importancia de crear, con fondos públicos, escuelas primarias en las ciudades, villas y parroquias, y solicitaba a los jueces que "obliguen a los padres a que manden a sus hijos a la escuela, por todos los medios que la prudencia es capaz de dictar". Efectivamente, sus escritos en el Correo y sus Memorias de 1796, por sus reiteradas referencias a la educación, lo convierten en el primer hombre de Estado que habla como educador, bastante tiempo antes que otros.

Don Manuel José Joaquín del Corazón de Jesús Belgrano nació en 1770 y fue el octavo hijo de los dieciséis que tuvieron sus padres, un italiano y una criolla hija de santiagueños. Desde 1794 hasta los sucesos de mayo, fue Secretario perpetuo del Real Consulado de Industria y Comercio del Virreinato del Río de la Plata, un virtual ministro de Economía, lo que para un nativo de estas tierras era casi una proeza. Y desde ese cargo pensó en organizar "escuelas gratuitas, adonde pueden los infelices mandar a sus hijos, sin tener que pagar cosa alguna por su instrucción; allí se les podrá inspirar amor al trabajo, pues en un pueblo donde reine la ociosidad (...) toma su lugar la miseria".

Propuso que los niños aprendieran las primeras letras junto con la matemática básica y el catecismo, para luego formarse con maestros de oficios en escuelas distribuidas en todos los barrios, sin distinción de clases. Las escuelas debían ser gratuitas para todos, pues las concebía como herramientas para luchar contra el ocio y la miseria. De igual manera en la actualidad, la sociedad entera reconoce el derecho que tienen sus hijas e hijos de recibir una educación obligatoria con los mejores aprendizajes, como condición necesaria para construir una democracia real.

Belgrano fue, además, propulsor de la educación de las mujeres. Claro que en coincidencia con la época prefería para las niñas las labores y otras tareas "femeninas", pero lo singular de su pensamiento fue reparar en ellas como sujetos de derechos, para que puedan dejar atrás la ignorancia y la postergación.

Con la creación de las escuelas de Comercio, Náutica y Dibujo, verdaderas escuelas técnicas de anticipación, muestra su interés por enlazar trabajo manual e intelectual, y su preocupación por las cuestiones prácticas.

NOTA: extracto de la nota de m.lacapital.com.ar
FOTO: revisionistas.com.ar

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