martes, 5 de junio de 2012

UN DECIDOR DEL TANGO


                                          FLOREAL RUIZ

Cantor de tangos (29 de marzo de 1916 – 17 de abril de 1978) Apodo: El Tata

Cuando escucho a Floreal Ruiz tengo la sensación que el cantor lo hace de un modo tan natural y espontáneo que parecería estar sentado en una silla conversando informalmente, y las notas surgen de su garganta sin ningún esfuerzo. El timbre y la coloratura de su voz me resultan sonidos cotidianos, no hay estridencias ni falsos recursos, lo hace de la manera más difícil, sencillamente.
Es, sin duda, un cantor sutil, delicado, de una excelente dicción que permite entender no sólo la letra sino también su dramatismo. Fue una de las grandes voces del cuarenta, y paradójicamente, su reconocimiento definitivo lo logró con el transcurso de los años, no en su momento de plenitud cuando integraba la orquesta de Aníbal Troilo. Esto se debió, porque en la década del cuarenta surgieron muchísimos cantores de un nivel excepcional.

Floreal Ruiz cantó siempre bien, aún en los últimos años de su carrera, tanto es así que la muerte lo sorprendió cantando.
Nació en el porteño barrio de Flores, hijo de un anarquista al que debe su original nombre. Fue en su juventud amigo del alma de Hugo del Carril, junto al cual cometió sus primeros pecados de bohemia y haciendo serenatas para los eventuales amantes que los contrataban.
Su carrera profesional se inicia en la radio y en 1938 es vocalista de la orquesta de José Otero, actuaba con el seudónimo de Fabián Conde.

En 1942 debuta con su nombre real en una actuación en Radio Prieto. En 1943 ingresa en la orquesta de Alfredo de Angelis con quien graba ocho temas, el primero fue “Marioneta”, que resultó ser su tango más representativo ya que luego lo graba con Aníbal Troilo y José Basso.
Al año siguiente y a pedido del ya consagrado Alberto Marino, Aníbal Troilo lo contrata para su orquesta, dejando registros memorables, entre los cuales se destacan los tangos "Naranjo en flor", "De todo te olvidas", "La noche que te fuiste", "Equipaje" y los valses "Flor de lino" y "Romance de barrio". Todos ellos, a mi gusto, clásicos de nuestra música ciudadana.

En 1948 se desvincula de la orquesta de Troilo e ingresa en la orquesta de Francisco Rotundo. Luego pasa a la orquesta de José Basso, con quien graba cuarenta temas. Su voz mantenía la calidad y el estilo de siempre, pero con un tono más bajo. Sus versiones de "Muriéndome de amor", "Vieja amiga" y "Como dos extraños", son excelentes.

A principio de la década del sesenta ya es un solista consagrado. Desde 1966 hasta su muerte graba acompañado por las orquestas de Jorge Dragone, Luis Stazo, Osvaldo Requena y la Orquesta Típica Porteña dirigida por Raúl Garello. Con esta última, en 1977, produce quince registros, que resultan conmovedores, y es el gran final de la carrera artística de un brillante cantor.
Admirado por las nuevas generaciones tangueras, es el modelo de una forma de sentir e interpretar nuestro tango.


NOTA: Resumen de la nota de Ricardo García Blaya en todotango.com
¡”Gracias todo tango”, por enseñar tanto sobre nuestro tango!
FOTO: debiografias.com.ar

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