VENGO A MORIR DE NUEVO
En una tarde de otoño, me encontraba yo acodado en la playa, mirando el punto donde el sol se esconde tras las olas.
De pronto se levanto una suave brisa, pero era diferente, tanto es así que en un instante, me envolvió y me sentí volar.
Y volé, volé durante mucho tiempo, sobre un cielo rojizo, incandescente, traspasando horizontes por mi desconocidos, de repente, por una extraña causa, el cielo de rojo paso a ser dorado, un dorado intenso, refulgente, más tarde a blanco, un
blanco de paz, inmaculado.
Cuando apoyé los pies sobre ese suelo, una voz me dijo:
-Bienvenido a mi humilde morada
-¿Quién eres, le pregunté? - ¿porqué me traes ante ti?
-Quien soy, lo sabes desde hace mucho tiempo, que me hayas negado, no quiere decir que no me conozcas, además yo no te traje, viniste por tu propia voluntad.
-Mirándolo fijamente a los ojos, le dije; ¿Entonces estoy muerto?
-Esa es tu gran equivocación, me contestó, a partir de hoy comienza tu
vida eterna, aquella que aún dudando anhelabas.
Miré a mi alrededor, y sentí mucha paz, y ví jardines nuevos, con
pájaros y flores nunca vistos, y el aire que acariciaba mis mejillas, tenia un
aroma dulce, y me sentí feliz, feliz de haber viajado tanto.
Me dio mucha rabia, cuando una ola golpeó en mi rostro, y me despertó.
Pero de una cosa estoy seguro, mañana por la tarde, "vengo a morir de nuevo"
Ricardo Juan Sabugo
15-5-1996
FOTO: cielo rojizo-taringa.net
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