PALAIS DE GLACE 21/9/1932
EL MONUMENTO AL RESERO
Su autor, Emilio Jacinto Sarniguet nació el 24 de febrero
de 1888 en la ciudad de Buenos Aires.
Para el modelo de su escultura, Sarniguet
eligió un caballo criollo de pelaje moro. Era un
ejemplar típico de los que utilizaban los rese-
ros, esencialmente, por su modo de andar. Por
esta razón, se lo denomina “pasuco” o “am-
blante”, término que se le otorga a los cua-
drúpedos que caminan adelantando la mano y
pata del mismo lado.
EL RESERO ANDA POR LA RECOLETA
El xxii Salón Nacional, el primero en
celebrarse en el Palais de Glace, fue inaugu-
rado el 21 de septiembre de 1932. Dado su
tamaño e importancia, El resero fue ubicado
en el descanso de las escaleras de acceso so-
bre la calle Posadas. Finalizado el concurso,
la estatua permaneció en el lugar para el de-
leite de los transeúntes. El traslado definitivo
de la escultura al barrio de Mataderos fue men-
tado por Fernando Ghio y Edmundo Kelly. El
primero, socialista de afiliación, era concejal de
la ciudad de Buenos Aires y “matadarense” de
ley; a su vez, era el dueño del bar Los Payadores,
ubicado en la avenida Chicago y Tellier (actual-
mente, Avenida de los Corrales y Lisandro de la
Torre). El segundo era el director del Mercado
de Haciendas de Liniers. Luego de un encuentro
casual con la broncilínea figura en 1933, y tras
un acuerdo de partes, Ghio presentó un proyec-
to en el Concejo Deliberante para el traslado
definitivo a la plazoleta de acceso a los matade-
ros. La moción fue aprobada el 3 de noviembre
de 1933 por unanimidad y dio lugar al dictado
de la Resolución 4975/1933, que autorizaba el
traslado de la escultura a su emplazamiento de
Avenida Chicago 6501.
24 de mayo de 1934, llegada a Mataderos
LA LLEGADA A MATADEROS
Una vez definido el lugar de emplaza-
miento, se deliberó su orientación: algunos
pretendían que mirara hacia el Mercado,
como si arribara con el ganado en pie; otros
querían que observara hacia la avenida Chi-
cago, como si saliera de los mataderos con
la tarea cumplida. Esta segunda opción fue
la que finalmente primó, quizás, la más atinada
en términos estéticos. Sin tiempo que perder,
los vecinos de Mataderos conformaron una
comisión para programar los festejos para el
día de la inauguración de El resero, comisión
que presidió el señor Florencio Arias.
Los festejos fueron programados para los
días 24, 25, 26 y 27 de mayo de 1934 y, natu-
ralmente, el acto central fue decretado para la
fecha patria. Si bien la jornada no se presentó
apacible a causa de la incesante nubosidad y
llovizna, no amedrentó los ánimos festivos y,
como era de costumbre, al nacer el febo eman-
cipador, veintiún salvas de artificio le dieron
la bienvenida. Lo prosiguieron desfiles de las
sociedades y agrupaciones criollas quienes,
ataviados con vestimentas tradicionales, le rin-
dieron honores a la figura ecuestre en su custo-
dia. Al acercarse el mediodía, se entonaron las
estrofas del Himno Nacional, musicalizadas
por la Banda Municipal. Luego, habló el señor
Amilcar Razori, secretario de Obras Públicas,
en nombre del intendente Mariano de Vedia y
Mitre que no había podido acudir al evento.
En representación del Concejo Deliberan-
te, habló Bartolomé Fiorini. Asimismo, des-
pués tomaron la palabra: Julio Répide, repre-
sentante de la Comisión Permanente de Fiestas
Populares; Florencio Arias, de la Comisión
Vecinal; Juan Rocayoli, del Círculo Tradicio-
nalista Leales y Pampeanos, y Edmundo Zal-
dívar, del Centro Criollo Retoños de la Tradi-
ción. El escultor Emilio Sarniguet brindó con
unas breves, pero no menos emotivas palabras,
que fueron correspondidas con una lluvia de
aplausos por parte de la multitudinaria concu-
rrencia. Descubierta la estatua, otras veintiún
salvas tronaron en el cielo. Hubo ofrendas flo-
rales y reparto de medallas conmemorativas.
NOTA Y FOTOS: revista legado Nº 8 - diciembre de 2017