MANISERO DEL PASADO
Cuando llegaron los inmigrantes europeos traían consigo muchas costumbres de venta callejera, por ejemplo los italianos y españoles acostumbraban vender castañas asadas en una lata circular (muy parecida a una pizzera) sobre un tacho con leña que servía de calentador. Aquí se encontraron con el maní y tuvieron que modificar la forma de venderlo.
Algunos tenían un cilindro colgando con una correa y usaban para medir su venta, una lata pequeña de conserva de tomates y agregaban algunos maníes mas con la mano, todo despachado en un cucurucho de papel de diario.
Otros maniseros que trabajaban en la zona mas paqueta de la ciudad, disponían de un hornito más sofisticado que semejaba una vieja locomotora pintada en colores vivos y echando humo por la chimenea, además de llevar la mayoría una corneta colgada del cuello para anunciar su presencia.
Sus clientes eran en su mayoría infantiles que a la salida del colegio o en las plazas y también en las calesitas compraban el rico maní calentito.
A “LOS MANISES CALIENTES” pregonaba el casi siempre viejo manisero italiano, que agregaba la frase, a cinco centavos y con yapa.
Lindos recuerdos de la infancia de un Buenos Aires del pasado.
FOTO: blogs.monografias.com
NOTA: Ricardo Juan Sabugo
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